domingo, 20 de octubre de 2013

Literatura con valores



Autora: 
Ana Garralón
  
Título: 

Edición digital:  
Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2004.
 
Una parte importante de la producción literaria destinada al público infantil y juvenil se dedica a los valores, al comportamiento social, a la interpretación de la realidad y, a través de estos aspectos, a hacer recapacitar al lector/a.

En este artículo, Ana Garralón reflexiona sobre el papel de la literatura infantil y juvenil en la transmisión de valores recogiendo cómo se tratan en los libros, los distintos enfoques con los que se puede transmitir una misma idea y cómo este tratamiento influye en la formación del lector/a.

Parte de que la lectura de un libro no es una acción mecánica, sino que se establece una relación entre el lector/a y el texto en la que el primero/a, además de descifrarlo y comprenderlo, lo interpreta. Esta interpretación además de despertar en el lector/a una serie de sensaciones que le llevan a cambiar o a replantearse cuestiones diversas, es uno de los elementos que le ayudan a forjar su personalidad.

De aquí la importancia, por parte del adulto/a, de realizar una selección de lecturas que permitan al lector/a formarse una opinión y desarrollar una visión crítica y personal sobre diversos temas. En este aspecto no hay que descuidar, principalmente en infantil, el foco de interés de los niños/as en esta etapa: las imágenes.

Por otro lado, muchos libros destinados a la infancia y a la juventud, suelen ser el resultado del afán del adulto/a por transmitir sus inquietudes y, de esta manera, advertir y concienciar de la necesidad de cambio de la realidad establecida.

El lector/a como protagonista, se adentrará en estos mundos  adoptando distintos roles según su relación con el texto.

Ana Garralón se refiere concretamente al tratamiento de los valores en los libros y sus rasgos comunes y expone de manera particular y breve cada tema.

Así, por un lado, la mayoría de los libros que tratan sobre valores tienen como protagonistas a niños/as o jóvenes; mayor delimitación de los temas según aumenta la edad recomendada de lectura; recogen historias de algo que ya ha ocurrido;  los desenlaces suelen ser realistas; y es  frecuente el esfuerzo del protagonista por resolver la situación (en temática pacifista  o con valores de defensa de los Derechos Humanos). Por otro lado, el mensaje pacifista de los  libros infantiles y juveniles es  hablar, además del binomio guerra-paz, de la defensa de la naturaleza (reflejado como algo placentero o enfocado a la defensa de la misma), de los Derechos Humanos, del papel de la mujer en la sociedad (mediante libros que rompan con los estereotipos de género) y de la marginación (estableciendo una relación entre hechos y problemáticas pasadas y presentes).

Como hemos visto a lo largo de nuestra experiencia en los centros educativos (como alumnos/as y futuros/as docentes), la práctica docente no puede alejarse de la transmisión de valores. Esta se refleja en las competencias, en las programaciones (a través de los contenidos actitudinales), en la resolución de conflictos en el aula, en la realización de actividades temáticas (reciclaje, día del árbol,…) y un largo etcétera. Por ello, es interesante leer y reflexionar sobre este artículo que muestra cómo la literatura es un instrumento más en la concienciación del alumnado y en su formación en valores.

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